Una noche en la calle
Los bosques de Palermo, una noche cualquiera. Vestida como una puta callejera, con una blusa casi transparente, minifalda y tacos altos. Varias chicas travestis a mi alrededor…
Los autos dan vueltas; pasan, algunos se detienen a preguntar.
Uno de ellos parece elegirme. Me acerco a la ventanilla, Ya tiene la verga fuera de sus pantalones, bastante gruesa y bien erecta.
Me mira a los ojos mientras me pregunta cuánto cobro por una buena mamada. Le digo mi tarifa y él acepta. Me abre la puerta y me siento a su lado. Recojo mi pelo y me inclino sobre esa magnífica verga. El auto se pone en marcha, pero apenas en pocos metros logro que se derrame por completo en mi boca.
Abro la ventanilla para escupir; pero el tipo me dice que me paga el doble si me lo trago todo. Lo hago y después le muestro mi boca vacía. El hombre sonríe satisfecho y saca su billetera. Me lleva de regreso a mi parada…
Un rato después me aborda un hombre maduro, muy apuesto y bien vestido. Desde su auto me pregunta cuánto le cobraría por chupársela. Queda conforme con mi respuesta y entonces subo. Se estaciona en un rincón muy oscuro; quiere concentrarse en su placer sin tener que manejar, mientras yo me dedico a su verga…
Me empuja la cabeza hacia abajo, tratando de que esa gruesa pija pueda entrar entera en mi boca. Me hace ahogar, le pido que me deje respirar.
Mientras sigo chupándosela, una mano se desliza por mi redondo culo. Sus dedos curiosos pronto encuentran mis labios vaginales hinchados y humedecidos.
Los retira sorprendido, diciéndome que esperaba encontrar una verga bien dura entre mis piernas. Dejo de lamer su pija y le sonrío, preguntándole si quiere llamar a alguna de mis amigas travestis.
Responde que, de vez en cuando, prefiere meterla en una linda concha caliente. Y que sea de una puta bien gritona…
Estoy por decirle algo, cuando el tipo se abalanza sobre mí y me obliga a darme vuelta sobre el asiento. Quedo en cuatro, apoyada sobre el respaldo; con mi culo expuesto hacia él. Le digo que me tendrá que pagar otra tarifa si quiere mi concha. Se ríe y me dice que va a hacer conmigo lo que a él se le antoje.
Intento gritar; pero su pesada mano cubre mi boca.
No estoy preparada para eso…
Pero el tipo insiste, sin ceder nada en su esfuerzo por cogerme.
Su pesado cuerpo se apoya sobre el mío. Ahora siento su dura verga intentando abrirse paso entre mis labios vaginales. Intento debatirme, grito, lloriqueo y suplico que me deje tranquila.
Comienzo a transpirar, mientras ya casi me siento derrotada.
Entonces me despierto y me enderezo en mi cama marital; en mi propia habitación. Mi adorado esposo está tendido a mi lado…
Estoy transpirando. Todo fue un sueño; pero demasiado real.
Mi lengua sabe a semen fresco y la concha mojada me arde…
Los autos dan vueltas; pasan, algunos se detienen a preguntar.
Uno de ellos parece elegirme. Me acerco a la ventanilla, Ya tiene la verga fuera de sus pantalones, bastante gruesa y bien erecta.
Me mira a los ojos mientras me pregunta cuánto cobro por una buena mamada. Le digo mi tarifa y él acepta. Me abre la puerta y me siento a su lado. Recojo mi pelo y me inclino sobre esa magnífica verga. El auto se pone en marcha, pero apenas en pocos metros logro que se derrame por completo en mi boca.
Abro la ventanilla para escupir; pero el tipo me dice que me paga el doble si me lo trago todo. Lo hago y después le muestro mi boca vacía. El hombre sonríe satisfecho y saca su billetera. Me lleva de regreso a mi parada…
Un rato después me aborda un hombre maduro, muy apuesto y bien vestido. Desde su auto me pregunta cuánto le cobraría por chupársela. Queda conforme con mi respuesta y entonces subo. Se estaciona en un rincón muy oscuro; quiere concentrarse en su placer sin tener que manejar, mientras yo me dedico a su verga…
Me empuja la cabeza hacia abajo, tratando de que esa gruesa pija pueda entrar entera en mi boca. Me hace ahogar, le pido que me deje respirar.
Mientras sigo chupándosela, una mano se desliza por mi redondo culo. Sus dedos curiosos pronto encuentran mis labios vaginales hinchados y humedecidos.
Los retira sorprendido, diciéndome que esperaba encontrar una verga bien dura entre mis piernas. Dejo de lamer su pija y le sonrío, preguntándole si quiere llamar a alguna de mis amigas travestis.
Responde que, de vez en cuando, prefiere meterla en una linda concha caliente. Y que sea de una puta bien gritona…
Estoy por decirle algo, cuando el tipo se abalanza sobre mí y me obliga a darme vuelta sobre el asiento. Quedo en cuatro, apoyada sobre el respaldo; con mi culo expuesto hacia él. Le digo que me tendrá que pagar otra tarifa si quiere mi concha. Se ríe y me dice que va a hacer conmigo lo que a él se le antoje.
Intento gritar; pero su pesada mano cubre mi boca.
No estoy preparada para eso…
Pero el tipo insiste, sin ceder nada en su esfuerzo por cogerme.
Su pesado cuerpo se apoya sobre el mío. Ahora siento su dura verga intentando abrirse paso entre mis labios vaginales. Intento debatirme, grito, lloriqueo y suplico que me deje tranquila.
Comienzo a transpirar, mientras ya casi me siento derrotada.
Entonces me despierto y me enderezo en mi cama marital; en mi propia habitación. Mi adorado esposo está tendido a mi lado…
Estoy transpirando. Todo fue un sueño; pero demasiado real.
Mi lengua sabe a semen fresco y la concha mojada me arde…
7 лет назад