Mi puta esposa usada como carne de follar Parte 2

PARTE 2

La entrada de tu mujer en la sala no pasó desapercibida a nadie. En el fondo es lo que todos deseaban y pocos esperaban que sucediera.
Una mujer no profesional, acompañada de un marido vicioso y dispuesto a entregarla a desconocidos ansioso de sexo. Un sueño sucio hecho realidad.

Nos sentamos en una fila central, primero yo y luego ella, dejando un asiento libre entre ella y el pasillo.
Todas las miradas se concentraban en tu mujer, que simulaba mirar la película mientras yo ponía su mano alrededor de mi polla que acababa de liberar.
Ella comenzó su trabajo manual sin disimulo. El ambiente se caldeaba pero nadie se atrevia a dar el primer paso.
Entonces entró el taxista, que venía caliente y decidido a terminar lo empezado. Ni corto ni perezoso se sentó al otro lado de ella y abrió sus pantalones dando ocupación inmediata a su otra mano, hasta que ella misma decidío probar el sabor de ambas pollas, masturbando a uno mientras chupaba al otro, y viceversa.
Al poco se fueron acercando otros machos sedientos de sexo, dos de ellos se situaron en la fila inmediatamente detrás, y fué entonces cuando me levanté y le abrí el abrigo, dejando a la vista sus pechos y su coño mientras le agarraba la cabeza y le follaba la boca a la vista de todos.
La muy puta no dejó de masturbar al taxista que ahora le metía mano al coño mojado mientras los dos de atrás le sobaban las tetas con una mano y se pajeaban con la otra.
Se fueron acercando todos los demás que se masturbaban esperando su turno y la sala quedó vacía escepto un maricón que se lo miraba todo a tres filas de distancia sin poder desvelar el brillo metálico que ocultaban sus pantalones...
Saqué la polla de su viciosa boca y le dije en voz alta:
- Levanta cariño que estos chicos quieren disfrutar de todo tu cuerpo.
El abrigo quedó en el asiento y ella, desnuda dejó que todos la tucáran por todas partes, se dejó besar el cuello, los pezones, se dejó lamer y saliendo al pasillo puso una pierna sobre el asiento para facilitar que le tocaran y lamieran el coño mientras otros le besaban en la boca.
Entonces saque do mi bolsillo una docena de condones y los repartí diciéndoles a esos cerdos:
- Podeis hacer con ella lo que os apetezca. Esta tarde es vuestra puta y os dirá que si a todo porque es una guarra insaciable, verdad que si cariño ? Disfrutad a tope, pero con una sola condición, poneros condón para correros en el coño o en el culo, y me lo dais llenito cuando acabéis, queda claro?
Vamos chicos, no dejéis que se enfríe !!

A partir de ese momento la puta y guarra de tu mujer fué usada en todas las formas posibles. La pusieron de rodillas en un asiento y la follaron al mismo tiempo por la boca y por el coño. Luego la encularon. La tumbaron en el suelo y prácticamente la violaron de todas las formas posibles mientras le apretujaban las tetas y se corrían en su cara y en su boca.
La puta de tu esposa jadeó, gritó, se corrió, pidió más, se volvió a correr, lloró, y hasta se meó encima, pero nunca pidió que pararan...
Cuando quedaron saciados de sexo y agotados ella quedó tendida, con la cara y la boca llenas de lefa, y yo llevaba nueve condones llenos en la mano.

Había llegado el momento de humillarte!
Mirándote y señalándote dije en voz alta:
- Tú, si tú, el maricón que no has participado porque solo habías venido a chupar pollas verdad? Ven, ven aquí!
Tu, sorprendido y vacilante te acercaste hasta mi.
- Vamos a ver mariquita, ¿porque te gusta chupar pollas? Porque te gusta que se corran y porque te gusta el semen verdad?
Tu asentías con la cabeza soportando la humillación de todas las miradas y algunas risas.
- Pues bien, ponte de rodillas y límpiale la cara y la boca a la puta de mi mujer, así tu también disfrutas de ella...
Humillado delante de todos y de ella, te arrodillaste la besaste y con la lengua fuiste limpiando la lefa que otros habían derramado sobre la cara de tu esposa. Al terminar levantaste la mirada hacia mi...
- Que pasa? que era poco y te has quedado con ganas, no? Pues abre la boca y traga mariconazo!
Y uno a uno fuí derramando la lefa de los nueve condones mientras tu tragabas, docil como el perro que eres, en medio de las carcajadas de los machos que se acababan de follar a tu mujer y también de ella misma. No se podía caer más bajo... o si ?

En ese momento yo ya tenía claro cuales eran los tres mejores de esos machos, los que me llevaría con nosotros para la segunda parte de la noche y les dije, uno a uno y al oido, que si querían algo único y aún mejor, que no se marcháran y así lo hicieron...
Опубликовано FISTEEMYASS
2 года назад
Комментарии
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Madurobispis 1 год назад
Joder!! Como me has puesto. Mmmm
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